jueves, febrero 17, 2011

Una buena razón para volver a escribir

LLevo mucho tiempo sin sentarme a escribir más de dos frases conexas. He sido tan parco en la escritura que hasta olvidé hacerle un merecido homenaje al maestro Gary Moore, fallecido hace una semana en Estepona. Y si de algo me puedo alegrar, es que nos dejó en nuestra tierra. De alguna forma eso crea un lazo entre el admirador que sufre la primera pérdida de un ídolo y el susodicho soterrado. Puedo presumir de que yo ví a ese genio azotando su guitarra a menos de diez metros, pude fotografiar un gesto doloroso acuñado por una simbiosis de pasión, placer y desgarro. Porque sin duda disfrutaba de cada concierto y con ello hacía disfrutar a su público. Para ser franco, nunca imaginé que un señor vistiendo camisa de lunares y portando un rostro dañado por la metralla narcótico-etílica de una vida desfada, pudiera sacar la garra del músico y plantarse como una grande sobre el escenario. Solo basta con cerrar los ojos y escuchar, ese Separate ways... ese Parisienne Walkways... o como nos contaba que no le quedaba nada, mas que el blues... Y ahí le tuvimos, unos cuantos afortunados, escuchando como rayaba su guitarra y tropezaba con las cuerdas, en una jugarreta planeada de simular unos dedos zompos y una repentina amnesia musical. Porque si algo debe tener un buen músico es talento y una preciosa puesta en escena. ¿Creen que necesitó fuegos de artificio? ¿Bailarinas semidesnudas paseando sus vaginas al viento? ¿O luces estroboscópicas que causan espilepsia y despistan la audición? Pues no.

Recuerdo la primera vez que lo escuché. Como tantas otras cosas que he aprendido de mis tíos, esta la guardé como un tesoro más que luego se torno en devoción. - Que bien suena eso que echan en la radio - No, no es la radio. Es un disco de Gary Moore, uno de los músicos más feos del mundo, y además escucha....... manco el tío. - ¿Y como se llama esta canción? - Esta es nuestra canción, Still got the blues. ¿Te gusta? - Comparado con Lenny Kravitz... Es brutal - Pues antes tocaba Metal, era lo que estaba de moda y daba de comer. Pero cuando volvió a estar de moda el blues se pasó al otro bando. Toma el disco, ya me devolverás - .

Y en efecto se puede apreciar la esencia de este guitarrista. Un guitarrista con alma de bluesman, pero con una guitarra que chirriaba metal, que nunca perdió los pasajes de su vida, que fue guardándolos y mezclando sonidos. Sonidos que hoy día han creado una nueva casta. Algunos decían que era muy simple. Que siempre tocaba la misma pentatónica. A eso solo tengo que decir que la música no solo depende de la música, sino además del intérprete.


B.B. King, que protagonizó multitud de dúos junto a él, ha enterrado al que fue su sucesor innovando en un estilo que ya se creía yermo. Esperemos que sea el último hasta dentro de mucho tiempo.