
Y ya por pura pedantería un popurri de imágenes que más o menos tienen que ver con este período navideño católico:

Una breve explicación de por qué esta fiesta es para ti una farsa.
De la noche al día: Comienza en la noche. La oscuridad envuelve el paisaje, el rocío mancha los cristales, sumido todo en una simbiosis de tranquilidad y belleza. El traqueteo del tren, sin embargo, hace saltar esas diminutas gotitas que, antes de llegar al suelo, el naciente sol diluye en el aire, dejando al paso de las puertas de la universidad un aroma fresco cargado de ilusión, una ilusión que comienza en la fría noche y acaba en el cálido día, mecida y arrullada por el tren.