Como un disparo en la nuca. Sostengo el revolver que me llevará a la perdición. Hace 7 días lo cargué, hace 7 días también pedía perdón. Como escudero llevé la mentira, mas no fue por desdicha, ni tan siquiera por capricho, pero de barro cargaba sacos de inhibición. Rezaba a un lar que la protección llevara a mi hogar; ingenuo tonto y atrevido, pues sabía que aquella divinidad no me la traería si yo no la quería.
Anoche y más allá, la fortuna me recordó que nuestros actos nos delatan y en su reitero nos lapidan. Pero el afán de superar toda esa banalidad, me lleva a creer que algún día seré como siempre dije y quise ser.
El error te machaca, el error te martilla, ¡es hora de despertar! Que no todo lo codiciado es factible, y que siempre lo será. Dilema y contraposición de merecida redención.
De feminismo y linchamientos públicos
Hace 7 años