viernes, julio 08, 2011

De la frustración y la malaeducación

Es 14 de Julio y ya no me queda más que hacer excepto trabajar y mendigar unos euros para poder ir a cualquier lugar de España a comer atún en pan duro y latas de raviolis crudos. Llevo desde finales de Abril pegado a una puñetera silla y sin embargo esa dosis diaria de infelicidad y exasperación no me ha servido para darme cuenta de lo maravillosa que es mi carrera y la facilidad que los contenidos y los programas docentes me dan para aprobarlas. Tal es esto que vuelvo a estar casi como hace dos años, en la cuerda floja, con cuatro aprobados tapandome el rabo y cinco suspensos clavados en mi orto. ¿Y quién dice que la vida en la ciudad será más fácil? Mamá te hace la comida todos los días y tú tienes tiempo para ingerir litros y litros de cerveza con niñatos idealistas descerebrados con cascabeles en los tobillos y una cámara dotada de un botoncito que te supone un aprobado. Pues vaya, siendo todo lo contrario me gusta su filosofía, me gusta su fin.

Ya no sé si el esfuerzo se ha convertido en despropósito, pero cada año que pasa soy un año más viejo y un año más tonto, un año menos que valgo para estudiar y un año más que pierdo de ser buenamente explotado.

Pero ahora solo me queda pensar que haré este próximo mes. Tantos festivales a los que no podré ir, tantos lugares que no visitaré. Y la peor agonía será sin duda ver como el tiempo pasa sin que pueda hacerlo; tan solo deseándolo y autoconvenciéndome de que mi futuro ingenieril es más importante, que debo hipotecar mis 21 por él, y mis 22... y mis 23... y mis...

1 comentario:

  1. Lo que deberíais intentar es meter mano las delegaciones de alumnos en cambiar el horario de exámenes, a ver si podeis adelantar un poco la primera convocatoria, es lo más razonable.

    Y seguidamente quemar el coche de unos cuantos tocapelotas frustrados que solo tienen ganas de hacer las cosas más difíciles de lo que ya son ¬¬

    En fin, estaba claro que no iba a ser fácil, pero creo que os quitan un monton de derechos con sus aires de superioridad.

    Todos a la Huelga.

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